Sunday, December 16, 2007




Proyecto TAFOS
Los Talleres de Fotografía Social (TAFOS) fueron implementados en el Perú entre 1986 y 1998. Las primeras experiencias de este trabajo se llevaron a cabo con los talleres piloto de Ocongate en Cusco y El Agustino en Lima.

Un grupo de profesionales de distintas disciplinas promovieron la conformación de talleres comunitarios de fotógrafos populares, los cuales fueron asesorados en la realización del registro fotográfico documental de su realidad para luego utilizar sus imágenes en procesos de comunicación popular.

La experiencia positiva ganada en los primeros talleres impulsó la realización de réplica en distintas zonas del país, con esa producción TAFOS empezó a publicar sus imágenes en diarios y revistas nacionales e internacionales. Sin embargo, entre 1992 y 1995 se disminuyó drásticamente la producción de talleres debido a obvias razones politicas. En diciembre de 1998 la directiva de TAFOS decidió terminar el proyecto.

Entre los logros más importantes de TAFOS destacan el ingreso de una selección de 100 fotografías en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; y el nombramiento de TAFOS como una de las Actividades de la década para el desarrollo de la cultura que la UNESCO le otorgó en 1996.



PIERRE VERGER. Biografía
Pierre Verger (París 1902- Salvador de Bahía 1996), fotógrafo, antropólogo y viajero incansable dedicó su vida y obra al estudio de las supervivencias culturales de la diáspora africana en América. Verger fue un creador excepcional, persona extraordinaria que investigó y mostró con talento, sencillez y maestría, las imágenes de la vida y tradiciones de las culturas de una ingente cantidad de países y pueblos, especialmente la de los africanos de las dos orillas del Atlántico.
Pierre Verger nació en París en 1902, con veinte años viaja a Córcega, donde recorre a pie más de 1500 kilómetros en compañía del fotógrafo Pierre Boucher. Dos años más tarde, en 1934 funda con Boucher y otros, la agencia de fotógrafos independientes "Alliance Photo". Emprende viajes alrededor del mundo, Europa, Caribe, América Latina, Asia y África, investigando civilizaciones en extinción. En 1946 llega a Brasil y animado por la lectura de la novela de Jorge Amado Bahía de Todos los Santos, visita la ciudad negra y sucumbe a la pasión por las culturas y ritos africanos.

Lejos el mejor fotografo documental de todas las clases... Olheares nomades, el documental, mezcla con respeto y mucho tino cada fotografia con la musica propia de brasil y de las tradiciones africanas que el fotografo nos muestra.




Desde las teorías platónicas donde el cuerpo y las ideas se contraponen en una disyuntiva irrefutable, los procesos históricos entre pueblos no están al margen de esta problemática; cada cultura ostenta dualidades inherentes a ella. Durante la invasión de España a Latinoamérica, utilizando la más violenta de la formas, ésta impuso la religiosidad católica, sus costumbres y doctrinas. Esta duplicidad marcada por la contradicción entre discurso religioso y actuar militarista, impone a su vez en Latinoamérica, llena de diferentes pueblos y civilizaciones con su propia idiosincrasia, una nueva identidad que contiene aun más contradicciones por cuanto alberga tradiciones ancestrales y las nuevas heredadas del invasor.
En este ensayo intentaremos analizar la identidad del pueblo mexicano. Afirmamos que México es un pueblo que mantiene a lo largo de su historia una dualidad entre la identidad mexicana indígena y la mestiza (colonia mestiza).
En el pueblo mexicano encontramos una cultura religiosa concerniente a lo azteca y a la religión católica proveniente de los conquistadores. Según podemos inferir del texto de Octavio Paz, existe el concepto de la chingada y la Malinche: la chingada, es la mujer abierta y violada, es el resultado del conquistador penetrando por la fuerza a la mujer indígena. Sin embargo, los hijos de la chingada son los otros, los no mexicanos, los malinchistas. Por otra parte la Malinche encarna al mito, nadie en México le perdona su colaboración con el invasor, mas nadie negaría a la virgen de Guadalupe, su lugar como madre suprema de todos los mexicanos; seres provenientes de la soledad, fondo de donde brota la angustia y que empezó en el día en que se desprendieron del ámbito materno y cayeron en un mundo extraño y hostil. Así, la chingada y la virgen de Guadalupe, ambas figuras pasivas representan el amor-odio del mexicano hacia si mismo.
Ese mismo concepto podemos aplicarlo entre la dictadura de Porfirio Díaz y la consiguiente revolución de los seguidores de Emiliano Zapata y Francisco Villa. La independencia no mantiene proyectos ni es propositiva de ideas, pues no pretendía cambiar las estructuras económicas ni sociales. En cuanto al proceso revolucionario: Zapata representa los valores del pueblo campesino, sus reivindicaciones son intimas, nunca participó en las reuniones de los caudillos de la revolución, por otra parte Francisco Villa aboga en pos del dialogo político. Frente al "terror místico" que siente Zapata ante la Silla Presidencial, Villa se sienta en ella a carcajadas y, a diferencia de "La tierra" de Emiliano, se contenta con hablar de "las tierritas".
El mexicano se niega a si mismo, a trabes de sus mascaras, sus mentiras, que reflejan sus carencias. El ejemplo que usa Octavio Paz es desconcertante: “De niño, escucho un ruido y al preguntar quien era, una sirvienta recién llegada le contesto: no es nadie señor; soy yo.” Alguien se vuelve nadie y sin embargo, esta presente siempre.
Cada una de las fotografías, nos muestra un México con profundas diferencias que se hacen evidentes en la violencia y la pobreza. Cada fotógrafo captura un pequeño escaño de la sociedad de principio del siglo XX en México. La revolución se muestra resuelta en la figura de hombres y mujeres armados, en la serie de elementos simbólicos como la mazorca, la guitarra y la bandolera. Los fusilamientos nos muestran una atmósfera surreal tanto como la fiesta pagana llena de fuegos de artificio. El culto a la muerte y la fe católica se mezclan en las imágenes de ceremonias en los cementerios. La tecnología se funde con el campesino llegado a la ciudad donde los pobres viven una realidad absolutamente distinta a la promesa de modernidad de las nuevas metrópolis. México mantiene la dualidad ancestral que el invasor español no logró arrebatar completamente de la cultura azteca y ésta orgullosa, se levanta y ocupa cada uno de los rincones de la sociedad mexicana.